EXPERIENCIAS RELIGIOSAS
Como indicara C.S Lewis “los cristianos que más hicieron por el mundo actual son los que pensaron en el otro mundo”. Paradójico.
El ser humano es un ser religioso porque pregunta. La filosofía enfoca una gran variedad de cuestiones existenciales. El conocimiento, la verdad, la moral, la fe, la felicidad, la libertad, la ética, el sentido de la vida, el sufrimiento y la muerte es el ámbito por antonomasia de lo auténticamente personal.
Contamos con filósofos y teólogos que han dedicado su vida a las grandes preguntas que todos nos hacemos. La lectura de sus estudios y artículos, los libros que desmenuzan o las conclusiones de sus conferencias son una orientación fundamentada para todos los públicos. Tenemos al alcance una posibilidad de preguntar, aprender y debatir:
Como indicara C.S Lewis “los cristianos que más hicieron por el mundo actual son los que pensaron en el otro mundo”. Paradójico.
De la dignidad, que es ontológica y que está más allá de cualquier disponibilidad, se suceden los derechos humanos inherentes, que no son una concesión graciosa de la comunidad –de los otros seres humanos- hacia los individuos, sino que está precisamente sustentada por la dignidad de cada ser humano, más allá de toda circunstancia
Los antiguos eran clarividentes en este aspecto y hacían depender la sabiduría del sápere latino -sabor, saborear-, y éste a su vez se transformaba en sapiencia. De modo que estos tres términos -saborear, saber y sabiduría- están íntimamente entrelazados y unidos
La falta de un más allá, de un cielo, trastoca de tal modo el alma que nos deja desnudos de toda esperanza.
Un verso de Eliot nos sitúa en el hoy: “un momento de flaqueza, un desaliento que nos hace capitular, nos despoja en un instante de lo que costó siglos conquistar y que tardará siglos en recuperarse”.
La fe nos da el consuelo de saber que la vida no se acaba, sino que se transforma; y que al deshacerse la casa terrenal, se nos prepara en el Cielo una morada eterna.
Paradójicamente, después de haber ridiculizado, en ciertos ambientes, estas prácticas multiseculares por antiguallas, resulta que ahora son modernísimas. Para un vegetariano, por ejemplo, que ni siquiera prueba la carne, resulta ridículo que solo se aconseje no comerla ¡ocho días al año! O, para una persona que hace ayuno intermitente, se le indique que basta con hacerlo ¡dos días al año!
El resultado de todo este proceso no puede ser otro que el de la cancelación mutua porque parece que ya no hay síntesis a la que llegar. Pero, sorpresa, porque aparece el transhumanismo, el ciborg, que está desligado del sexo y de la carne corrupta, en pro de la “pureza y la indestructibilidad” del silicio
desde que el hombre es hombre, ha considerado que hay una vida eterna más allá de este mundo. Los ritos funerarios, que son universales hasta el presente, tienen su razón de ser en la consideración de que el ser humano no es un bicho más que puebla este planeta, sino que es un ser trascendente
Una sociedad que desconoce el perdón está enferma y es propensa a la violencia. Se encuentra abigarrada de intereses cruzados, contrarios y entremezclados, en los que el más fuerte es dominante. Si además, culturalmente no entiende la gratuidad, está abocada a la cancelación.