HASTA LUEGO
La fe nos da el consuelo de saber que la vida no se acaba, sino que se transforma; y que al deshacerse la casa terrenal, se nos prepara en el Cielo una morada eterna.
La fe nos da el consuelo de saber que la vida no se acaba, sino que se transforma; y que al deshacerse la casa terrenal, se nos prepara en el Cielo una morada eterna.
«Prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe. Porque si después no hay nada, evidentemente nunca lo sabré, cuando me hunda en la nada eterna; pero si hay algo, si hay Alguien, tendré que dar cuenta de mi actitud de rechazo». Sublime.