SER CIEGO
La falta de un más allá, de un cielo, trastoca de tal modo el alma que nos deja desnudos de toda esperanza.
La falta de un más allá, de un cielo, trastoca de tal modo el alma que nos deja desnudos de toda esperanza.
Hay un motivo de solidaridad que nos impulsa a proteger a nuestros familiares y amigos, así como a las demás personas con las que podemos relacionarnos. Esta solidaridad hace alusión también a la prudencia: no exponer innecesariamente a los demás ante un peligro que, aunque quizá no sea próximo o muy próximo, es real y relativamente cercano: tiene que ser ciertamente proporcional, lo que no siempre es fácil de advertir.
Hemos constatado, y no nos duelen prendas, que, para salvar a los viejos, estamos haciendo el pino, dejándonos el 15 del PIB, llevando a la zozobra económica a millones de personas, etc. Y resulta que precisamente ahora vamos a aprobar una ley para aniquilar a los ancianos con todas las de la ley, nunca mejor dicho. Para este viaje no necesitamos alforjas