RESENTIMIENTO
Max Scheler decía que el resentimiento, el rencor, es una autointoxicación psíquica; porque es un volver a sentir, un re-sentir. Es un veneno que autogenero y que me tomo yo esperando que le haga daño a otro.
Max Scheler decía que el resentimiento, el rencor, es una autointoxicación psíquica; porque es un volver a sentir, un re-sentir. Es un veneno que autogenero y que me tomo yo esperando que le haga daño a otro.
Si lo que de verdad interesa es la salud y la economía de este país, debe dejarse hacer, sin intervención política, a quienes saben y están en condiciones de aconsejar lo mejor. Luego, sobre eso, que venga la política. Pero no al revés. Primero va el burro, luego el carro.
La fraternidad universal se basa en admitir que hay Dios y que Él es el padre común de todos nosotros que nos constituimos, por este hecho fundante, en hermanos.
Decían los antiguos que idem velle, idem nolle, querer lo mismo y rechazar lo mismo, es lo reconocido como el contenido de la amistad y del cariño: hacerse semejante al otro, que lleva a un pensar y querer comunes
como afirma Fabrice Hadjadj, en ‘Puesto que todo está en vías de destrucción’, «el sufrimiento y la muerte, no la ingratitud y la injusticia, son percibidos como los peores males, porque el bien se ha reducido al bienestar, el consuelo a la comodidad y la salvación a la salud». Y claro es que con estos mimbres pocos cestos se hacen.
Lo inesperado no se ha de resolver en desesperado, sino en esperanza
Hay una relación directa entre la destrucción del medio ambiente y la ruina moral y material de no pocas personas
Uno no puede ser referente de sí mismo, ser autorreferencial. Si lo fuera, se constituiría en irrelevante. Cuando alguien se pone de ejemplo de algo en eso mismo se hace irrelevante. Dime de qué presumes y te diré de qué careces, dice el refrán castellano.
Una pierna biónica no hará sentirme más feliz que mi propia pierna, aunque me haga correr una maratón rompiendo todas las marcas. Y, desde luego, no me hará mejor persona. Contemplar una puesta de sol es una delicia, pero no es lo mismo ver esa imagen en un lienzo del pintor valenciano Antonio Muñoz Degrain, por muy preciosista y colorista que sea: lo uno no disminuye lo otro, sino que lo realza.
Somos nosotros los que aprendemos de la naturaleza, no ella de nosotros