CHARLATÁN
Quizá por eso, y por cierta coherencia de la que aún disponemos, muchos simplemente se juntan, no vaya a ser que luego, por cosas de la vida, se descoyunten. Pero entonces, nada tiene perdurabilidad, salvo, como nos da a entender Samaniego, la muerte. Lo dicho, el rey el burro o yo, ¿estaremos aquí dentro de diez años? Entonces, podemos seguir nuestra charlatanería.