¿CONVERSACIONES POLÍTICAS?
El diálogo político debería ser riguroso, abierto, sin contradicciones ni mentiras o medias verdades. Hay que mirar el bien del votante, no de los electos.
El diálogo político debería ser riguroso, abierto, sin contradicciones ni mentiras o medias verdades. Hay que mirar el bien del votante, no de los electos.
Cuando la institución mantiene el equilibrio entre capital y personas, se afinan los diversos componentes para sacar el mejor partido posible y en beneficio de unos y otros; sería análogo a la eficacia con eficiencia para los precios, gastos, intereses, etc.; en tales situaciones el respeto a los derechos y deberes de clientes, empresarios y trabajadores se hace presente mediante el diálogo negociador.
Ahora me gustaría considerar un aspecto: el daño profundo que, en cualquier sociedad (y en el mundo), produce el nacionalismo que es, por definición, exclusivo y excluyente