Publicado en Levante, 15 de marzo de 2024
Pedro López. Grupo de Estudios de Actualidad
Aunque los medios lo publicaron, pasó bastante desapercibida. La noticia en cuestión decía que “La OMS, por boca de su director, Tedros Adhanom, anuncia la pandemia X, 20 veces más mortífera que la del coronavirus”. Todo a bombo y platillo en el mismísimo foro de Davos.
No es de extrañar, puesto que con la pandemia del coronavirus, me parece que la OMS ha quedado algo afectada en su credibilidad especialmente en determinados ámbitos científicos; al menos, algunos tenemos la mosca detrás de la oreja. Claro que dispone de numerosos medios (por ejemplo, la fundación Melinda y Bill Gates); y bastante gente depende de esta agencia que cuelga de la ONU. Por estos motivos, ha salido bastante indemne de la confusión y el subsiguiente lío que se ha llevado en el manejo de la pandemia del coronavirus, excusando -y participando en el trágala- a China a propósito del origen de la pandemia en Wuhan; y otros errores garrafales que provocaron en su momento una lluvia de críticas.
Ahora, se curan en salud, nunca mejor dicho, anunciando, la próxima pandemia X. Para sorpresa general, no se sabe en qué consiste, ni qué microbio la va a provocar, ni cuándo va a suceder, ni dónde. Ya con tanta sapiencia desconozco el porqué de este anuncio cuando persisten (¿o no?) un montón de ignorancias e incertidumbres. La verdad, resulta escasamente serio asustar al personal, ignoto de certezas y lleno de pavor, con que viene el lobo, que lejos de atajar la intranquilidad la agrava al dejar al pairo, a la espera de que algo acontezca, a la inmensa mayoría de la población que yace en el páramo de sus tinieblas. ¿Tiene sentido? ¿Forma parte de la Agenda 2030 tener asustada a la población en espera de un acontecimiento catastrófico que no se sabe dónde ni cómo va a venir? ¿Es lógico que quien tiene en su mano serenar a la población se dedique precisamente a inquietarla con un miedo tenebroso sin consuelo alguno, puesto que surge de la oscuridad? ¿Puede una agencia de estas características arrogarse seriamente lo que a todas luces da risa? Con esto no digo que no pueda surgir una nueva pandemia, mucho más agresiva que la reciente del coronavirus, pero como dice el refrán, sobre el difunto el llanto, pero no antes. Aunque sepamos a ciencia cierta que todos seremos difuntos no estamos de funeral continuo.
Intuyo que, como no han insistido más en el asunto, ha quedado simplemente para que, en un futuro, puedan sacar de la hemeroteca que ellos “ya se adelantaron”. Dicha estrategia se parece mucho a la de los laboratorios farmacéuticos que inundan sus prospectos con efectos adversos y secundarios de los medicamentos, que hace, en la práctica, inviable reclamar algo, pues ya estaba puesto en ese papel infame de letra chiquitita que es imposible leer salvo que uno disponga de una lupa y buena vista. Estamos ante un ejemplo paradigmático de ponerse la venda antes de la herida; y así salvar el pellejo. Y mientras complicarnos la existencia acongojándonos para librarnos de un peligro inexistente. Ciertamente para este viaje no necesitamos alforjas.